Hay que caminar hacia la hora perfecta con la cabeza erguida y el ritmo justo que da el compás de los sueños.

martes, 27 de marzo de 2012

El Camino de Santiago (camino primitivo)

¡Ah, sí ya me acuerdo! Mis colegas de la Escuela Deportiva en un encuentro de birras empiezan a maquinar cascarse el Camino de Santiago primitivo en 5 días desde Oviedo (salían etapas a una media de 70kms diarios y habían escogido, según tengo entendido, el camino más complicado). Sólo un par de detalles más a tener en cuenta: La mayoría de los allí presentes no tenían montura (estaban en trámites para comprársela) y los que la tenían eran ciclistas domingueros playeros (esto quiere decir que salían algún que otro domingo, del apartamento a la playa para dar una vuelta por el paseo marítimo).
Una vez mis colegas tuvieron resuelto el tema del material comenzaron su aventura (ésta daría para 4 o 5 entradas del blog, si algún día tengo tiempo, igual le pongo letra, sus aventuras no tienen desperdicio).
Y la comenzaron así, sin más. Los únicos objetivos que tenían claros eran que querían hacer el camino y pasar un buen rato.
Lograron sus objetivos, pero...
 ¡Madre mía! A fecha de hoy ninguno quiere oir hablar de bici.
La fecha que escogieron para comenzar la aventura fue el 31/07/2009. Por esas fechas a mi me iba a ser imposible así que les deseé suerte y yo me enfrasqué en mi aventura personal:

Ahí me empecé a plantear el tema de la bici otra vez. Desde niño había tenido bici, pero nunca había pasado de ser un objeto de diversión ocasional.

Yo lo haría en octubre; me compraba la bici en verano y en unos 2 meses de "entreno" tendría garantías de cumplir el reto.
Aproveché las rebajas de verano para adquirir mi burra. Una Orbea Sherpa. Suena bien, pero no nos engañemos, era un hierro de 14,5kg (ahora con todos los cambios debe rondar los 12,5)
¡Bien! Ya tenía montura, ahora tenía que empezar a salir con ella para adaptarme. Era una sensación agradable, era estar ante algo desconocido, todavía por descubrir y esa sana inquietud me hacía sentir bien (al menos así lo recuerdo).

Sólo tenía que encontrar a otro loco como yo para que me acompañara, no me sentía capaz de hacerlo solo (mecánica, alojamiento, orientación... - estoy loco, pero no soy un caso perdido, todavía).

 Se lo comenté a un compañero del trabajo, estaba en mi misma situación, se tenía que comprar montura y demás material, la idea le pareció bien y los dos nos ilusionamos con la aventura.
Pero en esta vida las cosas no siempre salen como uno las planifica y a falta de 3 o 4  semanas para que viajáramos a Oviedo, mi rodilla derecha decidió que no era buen momento para hacer el Camino: Un partido de fútbol sala de colegueo en verano, un movimiento mal hecho y un cabezota, ese soy yo, que no fue al médico cuando tocaba y siguió como si nada. Total que la rodilla viendo la que se nos venía encima a los dos, pensó más que yo y dijo basta. Tendinitis en la rótula y un mes de rehabilitación.

Se lo expliqué a mi compañero (Paco, desde aquí gracias por no guardarme rencor y sabes que acepto las bromas que hagan falta al respecto) y bueno, ahí acabó la aventura del Camino para mi. 

Por ahora.

El Camino está ahí y espero algún día poderme quitar la espinita que tengo clavada.

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